miércoles, 15 de septiembre de 2010

Teoría friki

Iniciamos el nuevo curso con un artículo de Javier Cercas refrescante y divertido, aunque publicado en el serio diario El País. Total, nada. Una teoría del "friki". Copiamos unos extractos en los que envuelve de espíritu friki a algunos de nuestros más célebres escritores y escritos:

el libro más friki del castellano es sin la menor duda el Libro de Buen Amor, porque es también el más libre, el más gamberro y el más subversivo. Cervantes, por supuesto, era un grandísimo friki, pero solo en El Quijote y en alguna novela ejemplar -la más notoria: El licenciado Vidriera, donde, no se sabe cómo, un veterano de Lepanto se transustancia milagrosamente en un friki-.

El frikismo indudable de Cervantes, o de El Quijote, significa que las grandes novelas francesas e inglesas del XVII y el XVIII, que no hacían más que seguir a El Quijote, son grandes novelas frikis, aunque no las novelas españolas de la misma época, que apenas entendieron una palabra de El Quijote.

El siglo XIX español, francamente, no es muy friki -de hecho, el siglo XIX en general no es muy friki-, aunque ahí están Larra y, a ratos, Espronceda, pero no desde luego Clarín ni Galdós, por no mencionar a Pardo Bazán.

A finales del XIX renacen los frikis. Unamuno, por ejemplo, era un inmenso friki, y Baroja y Azorín también, aunque menos que Unamuno (y desde luego que Silverio Lanza, campeón de los frikis); en cambio, Valle-Inclán y Gómez de la Serna, que van defrikis, no lo son en absoluto: ningún friki de verdad puede estar tan pendiente como ellos de ser un friki.

Borges es el mayor friki del siglo XX, un friki solo comparable a Kafka, friki máximo. En la llamada generación del 27 no veo ningún friki, ni siquiera Lorca, ni siquiera Aleixandre; en la llamada generación del 50 tampoco, salvo tal vez Costafreda. Ferlosio es tan friki que se me olvidaba que pertenece a la llamada generación del 50; y Nicanor Parra es tan friki que tiene más de 90 años y todavía no le han dado el Cervantes. Gonzalo Suárez es un friki perfecto, porque, como dice Millás -otro friki-, siempre ha llegado el primero a todas partes y siempre se ha marchado el primero, de manera que siempre ha estado solo; también Mendoza es un gran friki: de entrada, porque nadie parece menos friki que él, y de salida porque -esta es una virtud esencial en un friki- nadie sabe hacerse el tonto mejor que él.

Quien desee leer el artículo completo -sólo unos párrafos más-, que pinche aquí.

Buena rentrée.

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